
Los robos
y pérdidas de información
de personas son frecuentes también
en España pero no se denuncian
Desde principios de año,
importantes empresas de Estados Unidos han
perdido o les han robado bases de datos
con información de millones de personas.
Lo que a primera vista parece una oleada
es, según los expertos, algo normal.
La diferencia está en que nadie lo
denunciaba, hasta la aparición de
una ley en California que obliga a las empresas
que sufran fugas a darlo a conocer públicamente.
La ley californiana "Security
Breach Information Act" ha destapado
la caja de los truenos de una situación
hasta ahora subterránea: los frecuentes
robos y pérdidas de bases de datos
en todo tipo de empresas e instituciones
de Estados Unidos. La ley, que entró
en vigor a mediados del año pasado,
obliga a las empresas que realicen negocios
en California a avisar a los usuarios en
caso de que la información que almacenan
sobre ellos sea comprometida.
A raíz de su entrada
en vigor, empezó una ola de notificaciones
de robos y pérdidas de datos personales
que ha sacudido la opinión pública
y ha provocado que el congreso norteamericano
estudie poner en marcha leyes parecidas
para todo el país. El último
caso, la semana pasada, cuando alguién
robó datos de los titulares de 40
millones de tarjetas de crédito de
entidades financieras como MasterCard, Visa
o American Express.
Los casos destapados desde
principios de año muestran que la
mayoría de empresas ven comprometidas
sus bases de datos informáticas de
tres formas: por la pérdida de discos
de "back-up", que suele gestionar
una tercera empresa, por la entrada de intrusos
o los propios empleados en los sistemas
informáticos y por el robo de ordenadores.
La desaparición
de "back-ups" ha afectado a pesos
pesados como Citibank, que a principios
de junio perdía los datos de 3,9
millones de clientes; el Bank of America,
que en febrero perdía información
financiera de 1,2 millones de personas;
el programa gubernamental SmartPay, con
más de un millón de clientes
afectados; la firma Ameritrade, que perdió
en abril los datos de 200.000 clientes,
y Time Warner, cuyas cintas de "back-up"
con datos de 600.000 empleados se volatilizaban
en mayo, durante un transporte.
En cuanto a la entrada
en sistemas informáticos, el Bank
of America, junto a otros grandes bancos,
es protagonista de uno de los mayores robos
de datos bancarios en EEUU. A finales de
mayo se supo que empleados de estos bancos
vendieron información de más
de 670.000 clientes.
En febrero, diversas personas
se hicieron pasar por clientes de ChoicePoint
para entrar en sus sistemas y llevarse nombres,
direcciones, números de Seguridad
Social e informes financieros de 140.000
usuarios. En marzo, se descubría
que habían usado el mismo truco con
Seisint, una filial de LexisNexis, para
llevarse datos de 310.000 personas. El mismo
mes, la empresa de calzado DSW notificaba
que les habían robado los números
y nombres asociados a un millón y
medio de tarjetas de crédito.
Las universidades son blanco
frecuente de los intrusos informáticos.
Sólo en los últimos tres meses,
la Universidad Estatal de California, el
Boston College, la Universidad George Mason
y la Universidad Carnegie Mellon han sufrido
robos de información de miles de
alumnos y empleados. Un acceso no autorizado
al proveedor de telefonía móvil
T-Mobile comprometía los datos de
400 clientes, entre ellos estrellas de Hollywood
cuyos números de teléfono
se hicieron públicos en Internet.
En cuanto al robo de ordenadores,
hace unas semanas desaparecía un
portátil de MCI, con información
personal de 16.500 empleados. En abril,
robaban dos máquinas del San José
Medical Group, con información médica
y financiera de 185.000 pacientes. En marzo,
un contratista del gobierno, Science Applications
International Corp, sufría el robo
de diversos ordenadores con detalles sobre
empleados actuales y pasados, entre ellos
secretarios de Defensa y directivos de la
CIA.
También en marzo,
el robo de un ordenador portátil
de la Universidad de Berkeley comprometía
la información personal de 98.000
personas. La misma universidad había
sufrido, en agosto del año pasado,
una entrada en sus sistemas de donde se
llevaron una base de datos con más
de un millón de registros.
La situación
en España
Estados Unidos siempre
ha destacado por su permisiva legislación
en protección de datos, que empieza
a cambiar para acercarse a la normativa
europea, más proteccionista. Esta
laxitud sería la explicación
del desbarajuste en sus bases de datos.
Pero, según los expertos consultados
por Ciberp@is, la situación no es
mejor en España, sólo que
aquí las empresas no están
obligadas a hacer públicas las fugas.
A nivel europeo, el caso
más sonado ha sucedido en el Banco
Central de Rusia, donde en cuatro meses
les han robado dos veces las bases de datos,
que contienen todas sus operaciones en los
últimos dos años. Se venden
en el mercado negro por 3.000 rublos (85
euros).
En España, el caso
más reciente ha sido el Hospital
de Leganés, que estos días
se somete a una auditoria informática,
después de detectarse "accesos
atípicos", como la manipulación
y el intento de borrado de algunos registros
de sus bases de datos de pacientes.
Según Daniel Cruz,
responsable del Departamento de Planificación
de Seguridad de esCERT/InetSecur, "los
robos de datos con información personal
suceden también en España,
donde siempre ha existido un mercado de
datos. Mucha veces no son robos de terceros
sinó que las fugas provienen de la
propia organización, por errores
voluntarios o involuntarios". El motivo
de estos robos, cada vez más frecuentes
según Cruz, suele ser "obtener
datos de los clientes de la competencia".
Albert Gabás, gerente
de Astabis Data Management y miembro del
Chaos Computer Club, explica: "Las
bases de datos españolas no son más
seguras que las americanas. Aquí
siempre se ha pagado a "crackers"
para obtenerlas: en su día daban
bastantes millones por la base de datos
de una importante operadora de móviles".
Gabás recuerda que "casi toda
intrusión en un sistema lleva asociado
el acceso a la base
de datos de usuarios y contraseñas.
Las webs de sexo son uno de los
principales objetivos, porque tienen suculentos
listados de
tarjetas de crédito y poca seguridad".
Mariano José Benito,
Director del Departamento de Seguridad de
SGI Soluciones Globales Internet, explica:
"Al no ser denunciados, no hay estadísticas
fiables de estos robos en España,
pero la sensación general es que
hay incidentes de este tipo con cierta frecuencia
y que han tenido lugar en buen número
de compañías de todos los
sectores, desde grandes empresas a PYMES".
Según Benito, el origen son "'spammers',
la competencia e incluso mafias, muy a menudo
transnacionales. Se conocen casos de intentos
de estafa basados en datos financieros de
un fichero robado".
Una ley estricta, pero
poco acatada
La Ley Orgánica
de Protección de Datos española
es considerada una de las más estrictas
del mundo. La Agencia de Protección
de Datos se encarga de su cumplimiento.
Jesús Rubí, adjunto al director
de la Agencia, explica: "Hemos investigado
pérdidas de bases de datos durante
un transporte, su aparición en la
vía pública, robos por parte
de un ex socio o empleado, en entidades
financieras, hospitales, empresas y administraciones".
Las multas son ejemplares:
entre 60.000 y 300.000 euros, por no tener
implantadas las medidas de seguridad de
protección de datos, y entre 300.000
y 600.000 euros, en caso de pérdida
de datos de nivel alto, como la información
médica. Según Rubí,
"hay un conocimiento creciente de la
normativa y su aplicación. Las grandes
corporaciones, que tienen las bases de datos
más grandes y complejas, ya cuentan
con políticas al respecto".
El problema, dice, son
las PYMES y los pequeños y medianos
ayuntamientos. Lo confirma Albert Gabás:
"En la mayoría de PYMES no desconfían
de sus empleados ni de los informáticos
externos, muchas veces sin relación
contractual ni cláusulas de confidencialidad,
permiten que todos puedan acceder a todo
y no hay ningún control. Pocas cumplen
la ley".
Daniel Cruz afirma: "El
cumplimiento de la LOPD es escaso. El porcentaje
de organizaciones que tienen inscritos sus
ficheros en la Agencia de Protección
de Datos no supera el 10% y la inscripción
es la fase más sencilla. En cuanto
al Reglamento de Medidas de Seguridad, su
implantación tampoco es la adecuada
porque, en el caso de ficheros de nivel
alto, el proceso es complicado y costoso
para las pequeñas empresas y, en
general, las organizaciones descuidan la
gestión de su seguridad".
Mariano José Benito
añade: "Los hospitales, compañías
de seguros médicos, sindicatos, partidos
políticos, agrupaciones religiosas,
tienen en su poder datos del nivel más
alto, que requieren medidas de protección
muy estrictas y caras. La tentación
está ahí. En el sector de
la sanidad no tengo constancia de incumplimiento.
En el caso de las PYMES, suele deberse a
desconocimiento".
El problema, según
Benito, no es que la normativa sea complicada
sinó que "la complicación
está en la propia organización:
en muchos casos no queda claro quién
se encarga de qué, en otros las tareas
se interfieren entre sí". De
todos modos, dice, "la tendencia general
es positiva".
Otro caballo de batalla
es la cesión de datos entre empresas,
donde en algunos casos se intenta abusar,
explica: "La cesión sucesiva
de datos entre organizaciones hacen que
un ciudadano no pueda saber cómo
una entidad desconocida para él tiene
sus datos. Además, hay pequeñas
empresas que dan a sus clientes la falsa
confianza de cumplir la ley, cuando sólo
lo hacen desde el aspecto legal, pero no
de los controles tecnológicos".
Daniel Cruz critica que
la normativa vigente no garantiza la confidencialidad
de las bases de datos: "Es fundamental
el cifrado de toda la información,
en cualquiera de las etapas del ciclo, desde
su entrada, pasando por el almacenamiento
y transporte". El reglamento actual
sólo exige cifrado en el transporte
de información de nivel alto. Si
los datos robados en Estados Unidos hubiesen
estado cifrados, se habrían evitado
muchos problemas.
LO QUE PIDE LA LEY
El Real Decreto 994/99,
al que deberá adaptarse el actual
Reglamento de Medidas de Seguridad, especifica
las medidas mínimas que una organización
que maneje datos personales debe tener implantadas:
• Correctos sistemas
de identificación de usuarios (correcta
gestión de privilegios de usuarios
y de las contraseñas de los mismos)
• Cifrado de las informaciones así
como de las comunicaciones
• Copias de seguridad correctas y
con la periodicidad adecuada.
• Cuidado con las informaciones que
las organizaciones puedan tener en soporte
papel.
POR QUÉ LAS EMPRESAS NO DENUNCIAN
EL ROBO DE DATOS
El Computer Security Institute realizó
el año pasado una encuesta a 276
compañías de EEUU para saber
por qué no denunciaban a las fuerzas
de la ley los robos en sus bases de datos.
Las respuestas pueden extrapolarse al caso
español.
51%. Por la mala publicidad
35%. Por miedo a que la competencia se
aproveche del incidente
20%. Porque un remedio interno parece la
mejor opción
18%. Por desconocimento del interés
de las fuerzas de la ley en estos casos
Fecha: 18 May 2005, 12:27
Fuente:
http://ww2.grn.es
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